Hay que aclarar también que la tensión de vapor es una función directa de la humedad relativa del aire y es más común relacionarla con ésta que con la primera.
El primer signo visible que observamos de la evaporación es la disminución gradual del volumen del líquido, pero la pérdida de energía a través de las moléculas de mayor velocidad que escapan al aire, producen también un enfriamiento del líquido.
En caso de los animales de sangre caliente, en general, poseen un mecanismo de defensa contra el exceso de temperatura del aire, que es la transpiración, o sea, la eliminación de agua (y sales) a través de los poros.
Este líquido queda así expuesto al aire y comienza un proceso de evaporación generando como dijimos, una disminución del volumen (la transpiración se va secando) y un enfriamiento del mismo que a su vez provoca una disminución de la temperatura del cuerpo. Esta temperatura “sentida” por el cuerpo, en general, será inferior a la temperatura real del aire y se denomina “SENSACIÓN TÉRMICA”
En síntesis, con altas humedades relativas, la sensación térmica aumenta y con bajas humedades disminuye en un grado no constante, que dependerá en todo caso, de la temperatura del aire de la humedad relativa (o tensión de vapor) y de la temperatura de la transpiración.
La sensación térmica es cómo siente un cuerpo una determinada temperatura, la sensación de frío o calor que la piel intercambia calor con el exterior,
Al tocar un objeto, un cuerpo, nuestra piel nos da alguna información sobre su estado térmico, pero si lo que queremos saber es la temperatura de ese objeto, esta información no es precisa. Aunque dos cuerpos se encuentren a la misma temperatura, la piel de una persona puede sentirlo diferente.
Tocar algo muy caliente como la llama de una hornalla, o muy frío como hielo seco, produce la misma sensación de quemadura.
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