Una pequeña revolución alegró la vida cultural porteña: junto al joven poeta Jorge Luis Borges desembarcaron, recién salidas de Europa, las innovadoras ideas de las vanguardias, una nueva manera de componer poesía.
Cuando en 1918 finalizó la Primera Guerra Mundial, un saldo de muerte y destrucción devastaba las esperanzas de una sociedad que hasta ese terrible enfrentamiento parecía asegurar el progreso de sus ciudadanos. En este clima de desolación, grupos de artistas, entre ellos poetas, pintores, músicos y cineastas, comenzaron a generar una respuesta.
De ese modo se produjeron en los diferentes países europeos, como Francia, Italia y España, movimientos artístico que buscaban una solución a los conflictos desatados. Eran las vanguardias, que revolucionaron el arte y la sociedad con propuestas provocadoras.
La vanguardia era un grupo de artistas cuyas ideas estéticas y políticas se adelantaban al momento que les tocaba vivir. Elaboraban manifiestos de acción para transformar el mundo y los publicaron en diarios y revistas. Sus actos y opiniones generaban escándalos públicos, tenían una postura revolucionaria.
En febrero de 1919, mientras en la Argentina los poetas pos modernistas buscaban un lenguaje llano para revivir la palabra poética, en los periódicos de Madrid, en España, un grupo de jóvenes poetas lanzaba un manifiesto que decía:
"Nuestra literatura debe renovarse; debe lograr su ultra,como hoy pretende lograrlo nuestro pensamiento científico y político".
De este modo y de manera pública la naciente vanguardia ultraísta decretaba que "la poesía podía poetizarlo todo" y que "la poesía es imagen (y la imagen, ante todo, metáfora)".
Las noticias de la vanguardia poética española eran recibidas con agrado y entusiasmo entre los poetas argentinos.
El propio Baldomero Fernández Moreno estaba contento con la propuesta y expresaba: "El ultraísmo adelantó un gran paso en la limpieza de la poesía, aliviándola de sus agregados ornamentales...la centró en sí misma, obteniendo una enorme economía del lenguaje."
El poema "Un patio" muestra el modo en que su autor, Jorge Luis Borges, comienza a utilizar la síntesis y la metáfora: recursos básicos del ultraísmo.
Un Patio
Con la tarde
se cansaron los dos o tres colores del patio.
La gran franqueza de la luna llena
ya no entusiasma su habitual firmamento.
Patio, cielo encausado.
El patio es el declive
por el cual se derrama el cielo en la casa.
Serena
la eternidad espera en la encrucijada de las
estrellas.
Lindo es vivir en la amistad oscura
de un zaguán, de una parra y de un aljibe.
Vía:azuldemar
Los primeros focos vanguardistas que surgieron en Europa fueron: surrealismo en Francia, ultraísmo en España, futurismo en Italia, dadaísmo en Alemania.
Sus obras plásticas y literarias, junto a sus ideas y su voluntad de renovación, llegaron a América e influyeron sobre los movimientos vanguardistas locales: martinfierrismo en Argentina, creacionismo en Chile, antropofagia en Brasil, estridentismo en México.
El siguiente poema visual del creacionista chileno Vicente Huidobro (1893-1948) nos muestra las novedades estéticas que planteaban las vanguardias:
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