Alfonsina Storni retrata en uno de sus poemas de 1938 el paisaje de la ciudad, el impacto de las muchedumbres, el trabajo en las fábricas, y comenta la presencia del tango como canción que definirá las cualidades de un sector populoso de Buenos Aires, el barrio suburbano.
Danzón porteño
Una tarde, borracha de tus uvas
amarillas de muerte, Buenos Aires,
que alzas en sol de otoño en las laderas
enfriadas del oeste, en los tramontos,
vi plegarse tu negro Puente Alsina
como un gran bandoneón y a sus compases
danzar tu tango entre haraposas luces
a las barcazas rotas del Riachuelo:
sus venenosas aguas, viboreando
hilos de sangre; y la hacinada cueva;
y los bloques de fábricas mohosas,
echando alientos por las chimeneas,
de pechos devorados, machacaban
contorsionados su obsedido llanto.
Alfonsina Storni
De Mascarilla y trébol, 1938
Las poesías de Carriego, sus descripciones melancólicas de los suburbios habitados por gente que llegaba del interior y debía aprender los códigos de una sociedad que se iba industrializando, fueron el antecedente de poetas del tango, como Homero Manzi y Esteban Celedonio Flores.
Barrio de tango
Un pedazo de barrio allá en Pompeya
durmiéndose al costado del terraplén;
un farol balanceando en la barrera
y el misterio de adiós que siembra el tren.
Un ladrido de perros a la luna,
el amor escondido en un portón,
y los sapos redoblando en la laguna
y a lo lejos la voz del bandoneón.
Barrio de tango, luna y misterio;
calles lejanas, ¿cómo estarán?
viejos amigos que hoy ni recuerdo,
¿qué se habrán hecho?,¿dónde andarán?.
Barrio de tango, ¿qué fue de aquella,
Juana, la rubia, que tanto amé...?
Sabrá que sufro pensando en ella
desde la tarde que la dejé.
Barrio de tango, luna y misterio,
desde el recuerdo te vuelvo a ver...
Un coro de silbidos allá en la esquina.
El codillo llenando el almacén
y el dramón de la pálida vecina
que ya nunca salió a mirar el tren.
Así evoco tus noches, barrio tango,
con las chatas entrando al corralón
y a luna chapaleando sobre el fango
y a lo lejos la voz del bandoneón.
Homero Manzi
¿Quieres oír el tango?
"El tango es un pensamiento triste que se baila" Enrique Santos Discépolo.
Pero éstas no eran las únicas novedades que, de la mano de poetas de todo el país, se fueron gestando en Buenos Aires.
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Fuente:Lengua y Literatura-ME
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